Pues resulta que, por fin, me ha llegado la notificación del juzgado de lo social para cobrar la indemnización por despido improcedente. Ahí me tienen a mi, todo ufano y alegre yendo a cobrar el pequeño pellizco que me correspondía por haber sido insultantemente expulsado de mi puesto, y... nada, que no ha podido ser porque, entre otras cosas, había un fallo informático en la oficina bancaria.
Creo que yo era el único cliente de toda la oficina al que le hacía gracia la situación. De hecho me debían mirar raro porque me estaba partiendo el ojal, y es que, en este país, las cosas funcionan así: El sistema informático de un señor banco se va al carajo, la oficina (u oficinas si el problema es generalizado) se quedan totalmente paralizadas y los clientes tragan con el problema... vaya usted a saber, cosas de los ordenadores, si es que es un mundo muy complejo, ya se sabe. Los empleados de la oficina recurren a todas las frases típicas en lo que he venido en llamar el teorema no hay rival pequeño (del que hablaré otro día de estos) y a nadie parece importarle.
Pues no, señores. Lo que no puede ser es que un país avanzado como en el que vivimos una (o quizás varias) oficinas bancarias se queden bloqueadas por completo por un error informático y nadie depure responsabilidades de ningún tipo ni se haga nada al respecto. Para quien no lo sepa, la informática en España es una profesión absolutamente desregularizada, lo que permite a las empresas campar a sus anchas, sometiendo a sus clientes a un mercado en general vergonzoso y manteniendo a sus trabajadores bajo circunstancias irregulares sin fin (ausencias de convenios, horas extras forzadas y sin cobrar, inexistencia de sindicaciones, despidos arbitrarios a quienes formen comités de empresa, etc...).
Una regularización de la informática es algo crucial para el crecimiento económico y empresarial de este país, pero o bien el gobierno no acaba de verlo o bien hay oscuros intereses presionando para que no lo vean.
La próxima vez que un ordenador no funcione o haya un error informático que le resulte chocante y molesto (a mi madre al dar de alta su teléfono móvil le han marcado que nació en Rumanía... curioso ¿no?, al parecer era un problema informático también), en vez de tragar proteste, ayude a mejorar la informática en este país. Exija el mismo nivel de profesionalidad que le exige a quienes le hacen una instalación de gas o una instalación eléctrica. Tal vez si todos nos quejamos algún día dejemos de estar a la cola de Europa en tecnología y comunicaciones.
Pues no, señores. Lo que no puede ser es que un país avanzado como en el que vivimos una (o quizás varias) oficinas bancarias se queden bloqueadas por completo por un error informático y nadie depure responsabilidades de ningún tipo ni se haga nada al respecto. Para quien no lo sepa, la informática en España es una profesión absolutamente desregularizada, lo que permite a las empresas campar a sus anchas, sometiendo a sus clientes a un mercado en general vergonzoso y manteniendo a sus trabajadores bajo circunstancias irregulares sin fin (ausencias de convenios, horas extras forzadas y sin cobrar, inexistencia de sindicaciones, despidos arbitrarios a quienes formen comités de empresa, etc...).
Una regularización de la informática es algo crucial para el crecimiento económico y empresarial de este país, pero o bien el gobierno no acaba de verlo o bien hay oscuros intereses presionando para que no lo vean.
La próxima vez que un ordenador no funcione o haya un error informático que le resulte chocante y molesto (a mi madre al dar de alta su teléfono móvil le han marcado que nació en Rumanía... curioso ¿no?, al parecer era un problema informático también), en vez de tragar proteste, ayude a mejorar la informática en este país. Exija el mismo nivel de profesionalidad que le exige a quienes le hacen una instalación de gas o una instalación eléctrica. Tal vez si todos nos quejamos algún día dejemos de estar a la cola de Europa en tecnología y comunicaciones.